yerbero

 

En su libro Green Nature/Human Nature, el horticultor norteamericano C.A. Lewis definía el jardín como “un lugar seguro, un ambiente benevolente donde todos son bienvenidos. Las plantas no tienen prejuicios, no amenazan, y no discriminan. Responden a la atención, no a las fortalezas o debilidades de la persona que la haya facilitado. No importa si uno es negro o blanco, ha ido a la guardería o a la universidad, es pobre o rico, sano o enfermo: las plantas prosperan cuando se da atención con cuidado. Así, en un jardín, se puede dar el primer paso hacia la confianza en sí mismo”.

Hay estudios que corroboran su éxito, por ejemplo, en jóvenes diagnosticados con Trastorno Generalizado del Desarrollo y Trastorno del Espectro Autista para mejorar su capacidad de atención y concentración, en pacientes con problemas de salud mental o en la tercera edad, donde puede reducir desde el riesgo de sufrir enfermedades coronarias hasta prevenir la demencia.

Un terapeuta hortícola combina conocimientos sobre discapacidad física, cognitiva y sensorial, diversas patologías, trastornos psicosociales, necesidades especiales de aprendizaje, así como de agricultura, jardinería, paisajismo, educación ambiental y actividades afines.

Por eso su práctica se vincula a la actividad social y ambiental. Igualmente, a las caminatas en el bosque, salidas verdes y exploraciones en ambientes naturales.

El uso de la horticultura como terapia y como instrumento educativo y socializador, con entidad propia y diferenciadora, tiene desde

hace más de medio siglo una amplia implantación y reconocimiento en países como Reino Unido, Irlanda, Alemania, Canadá, Estados Unidos, etc.

La Terapia Hortícola es una disciplina encuadrada dentro de las ciencias socio-sanitarias, con titulación específica en diversos países.

Combina un amplio elenco de conocimientos sobre discapacidad física, cognitiva y sensorial, diversas patologías, trastornos psicosociales, necesidades especiales de aprendizaje, etc.., así como de agricultura,

jardinería, paisajismo, educación ambiental y actividades de solidaridad para limpiar los daños causados por los humanos a la naturaleza.

La horticultura en programas de terapia y rehabilitación profesionalmente dirigidos por terapeutas hortícolas, se convierte así en un vehículo para desarrollar o recuperar la autonomía personal, integrando el aprendizaje de habilidades básicas (alfabetización, aritmética, etc.), mejorando el funcionamiento físico y cognitivo, abordando habilidades sociales, incorporando hábitos de vida saludables, etc., en un entorno al aire libre para lograr el bienestar físico y mental.

Palabras clave: horticultura, jardinería, aire libre, calidad de vida, rehabilitación, educación, inclusión socio-laboral, salud, bienestar. (Fuente: National Institute of Adult Continuing Education.

Thoday y Dodd. Intense Vegetable Production.

Horticulture for Mentally Handicapped People No.3. Bath:

University of Bath.