yerbero

La función de respirar nos mantiene vivos. Respirar no es una simple función mecánica, equivalente a cuando se hace uso de una máquina para ayudar a movilizar el aire dentro y fuera de los pulmones. Es mucho más que el simple hecho de llevar oxígeno a los pulmones y eliminar dióxido de carbono.

Cierto que en la función de la ventilación que ejercitamos al respirar inhalamos oxígeno y expiramos dióxido de carbono. Es decir, gases tóxicos. En otras palabras, consiste en llevar el oxígeno del aire a la sangre y eliminar el anhídrido carbónico (CO2) al aire. Este intercambio de gases se produce en el interior de los pulmones.

La inhalación o inspiración oxigena cada célula de nuestro cuerpo, la exhalación o expiración ayuda al drenaje linfático y desintoxica al organismo

Algunas personas con insuficiencia respiratoria necesitan un respirador artificial para facilitar la respiración (una máquina que ayuda a introducir y extraer el aire de los pulmones) Y a nivel médico, cuando se llega a ese estado, es necesario llevar al paciente a un coma inducido, dada la intensa incomodidad de esa situación.

Con la función mecánica o artificial de la respiración de una persona, que no puede o no se desea que lo haga por sí misma, de forma que mejore la oxigenación e influya así mismo en la mecánica pulmonar.

¿Qué sucede si respiramos mal?
El proceso de intercambio gaseoso entre el ambiente exterior y la sangre, fija oxígeno (O2) y la eliminación de dióxido de carbono (CO2) durante la respiración. Esa es la gran función vital, el evento esencial para vivir y hacerlo de manera saludable. Debes de tomar conciencia de ello y serás una persona más sana.

Durante la práctica de la actividad física se incrementa la frecuencia respiratoria para dotar al organismo del aporte de oxígeno necesario para poder continuar la actividad. Cuando eso se exige una mayor función orgánica que lo renueva todo.

El ejercicio no desgasta, renueva, gracias a la oxigenación en que el organismo, las células aprovechan mejor los nutrientes y expulsan las toxinas.

En el hecho de inspirar y espirar, que son los momentos importantes de la respiración, para una buena salud, son importantes dos factores: Hacerlo bien y disponer de una buena calidad del aire que respiramos
Ambos elementos tienen un gran impacto en nuestra salud y bienestar; a nivel mundial, la contaminación atmosférica es la principal causa ambiental de muerte prematura, suponiendo un 5% del total de muertes mundiales.

Además de mantenernos vivos por el hecho de respirar, la calidad de los elementos que intervienen es fundamental. La respiración de aire puro ayuda a estimular nuestro sistema inmunológico, reduciendo la posibilidad de padecer trastornos alérgicos, afecciones respiratorias y asma. Al respirar aire limpio se consigue eliminar un gran número de toxinas acumuladas, y células muertas, diariamente en nuestro organismo.

Al respirar aire puro el cuerpo absorbe oxígeno y favorece la oxigenación celular eliminando las toxinas del organismo. Pero ¡ojo! Respirar en un ambiente nocivo, tóxico, que no nos provee de oxígeno, la inhalación puede ser la puerta de entrada de partículas nocivas que provoquen reacciones alérgicas y enfermedades de distinta gravedad.

Entonces respirar no sólo es el hecho de inhalar y exhalar, sino un asunto de calidad del ambiente y de la calidad de aire que nos provee.

Ahora veamos ¿Cómo lo hacemos? Debemos de respirar profundamente con calma, es decir de manera relajada para que el sistema nervioso contribuya al estado de bienestar general. Cuando lo hacemos así, sentimos ¡más vitalidad! Y es así, la respiración es el primer elemento de la vitalidad junto con la ingesta de agua de calidad y de una sana y adecuada alimentación.

Una buena respiración es clave para tu bienestar. Si respiras mal el corazón debe hacer mucho más esfuerzo para funcionar. Y al contrario, si mejoras tu oxigenación beneficia al corazón, a tus células, y obtienes más energía y todo te cuesta menos esfuerzo.

Toma en cuanta lo siguiente:

  • La respiración profunda nos ayuda a calmar la agitación, el estrés y la ansiedad. Porque llevas oxigeno en la cantidad suficiente a tus pulmones.
  • Respirar bien para vivir mejor es un principio de bienestar físico y mental que reclama nuestra atención entre la prisa y las presiones con las que convivimos.

Pero no solamente se trata de respirar profundamente. Si lo haces de manera tensa o ruidosa, puedes provocar más tensión que oxigenación.

Al estimular el nervio vago durante esas largas exhalaciones, la respiración lenta puede cambiar el sistema nervioso hacia ese estado más tranquilo, lo que resulta en cambios positivos como una frecuencia cardíaca más baja y una presión arterial más baja. O sea, respira profunda y lentamente, de manera relajada para cambiar oxígeno a fondo, y luego deja que la mecánica de tu organismo siga haciéndolo de manera libre. Pero eso sí, cambia, ejercita hacer tres respiraciones profundas a fondo a cada hora, si no estás haciendo ejercicio.

Si haces ejercicio, que debes hacerlo cada día, al menos media hora y de manera exclusiva en una rutina de ejercitación, debes de vigilar estar haciendo una buena respiración, en un ambiente que te provea buena calidad y ventilación de aire y una respiración relajada, a fondo, no ruidosa. Inhalando por la nariz y exhalando por la boca. O bien inhalando y exhalando por la nariz únicamente, pero sin esfuerzo, cuando halla necesidad de esfuerzo, se exhala por la boca.

Una mala respiración puede causar contracturas el diafragma y provocar flato, gases, eructos y dificultades respiratorias. Por eso debe hacerse de manera relajada.

Si tuvieras dificultades para respirar, ensaya lo siguiente:

  • Recostarse y poner sus manos sobre el abdomen, siguiendo un ritmo al respirar, tus manos ascenderán y descenderán al respirar.
  • Respirar profundamente por la nariz, expandir el abdomen y dejar que los pulmones se llenen de aire. Sin esfuerzo. Retener contando de uno a tres y soltar.
  • Sostener la respiración por tres de segundos mientras caminas o estás activo e inhalar suave y profundamente.
  • Exhalar lentamente a través de la boca, vaciando los pulmones. Sin hacer ruido.
  • Repetir estos pasos durante 5 a 10 minutos.
  • Te recomiendo este ejercicio cada vez que estés en un lugar seguro y te quites la mascarilla, puesto que debe de expulsar los gases tóxicos u otros elementos que has absorbido durante el día, puesto que la mascarilla, si bien te ha ayudado a protegerte de patógenos del ambiente, te ha obligado a consumir tu anhídrido carbónico.
  • No todo puede ser perfecto en la vida, pero con una buena práctica cultural podemos ayudar a mejorarlo:
  • Cultiva plantas que ayudan a oxigenar
  • Mantén limpio el lugar donde vives
  • Evita exponerte a emisiones de gases
  • Haz ejercicios y practica una buena respiración.

Paz y bien, con conciencia de vida.
Yerbero.hn