yerbero

¿Frijoles o caviar? ¿Hamburguesa o baleada? ¡La vida es linda pero complicada! ¡Bueno, si la queremos complicar! Porque puede ser complicada y perversa; y allí sí que estamos jodidos.

Hasta comer en la abundancia se ha complicado ¡Y en la miseria, nunca ha sido fácil!

Cuando entendamos que la vida solo lleva el riesgo de tu felicidad o tú desdicha. Veremos ¿Quiénes somos nosotros mismos en realidad? Sin miedos.

Dice Nelson Mandela que: “El coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él”

¿Será esta la piedra filosofal que tanto han buscado los alquimistas?  ¡O la fuente de la juventud por la que se desvivieron los más afanados y perspicaces exploradores afanados ante el miedo de morir!

Al final, no se sabe si los alquimistas encontraron la piedra filosofal y se la quedaron para ellos solitos. Lo que sí se sabe es que dejaron muchos conocimientos y bibliotecas, de las que se siguen derivando más conocimientos y curiosidades del ser y del saber.

Y en los giros que da la piedra terrestre en torno de la piedra solar, cada día somos nuevos. Hemos vivido y vamos muriendo. Y es posible que seamos más livianos, o más o menos pesados y tener la opción de ir viviendo.

¿La opción suya es la vida? ¿O tiene una vida bloqueada por algún apego que sabiendo que le hace daño, lo hace de todas maneras?  Vivir parece muy simple; todo depende de…

¿Es usted sólo una carga molecular, un manojo de energía yendo a la deriva? ¿Pero dónde queda la conciencia humana única e irrepetible en cada ser? Ese es el motivo: La conciencia de estar vivos. Y de tener coherencia con la vida.

Y en este término, no nos consumamos, yendo a galope detrás del ruido en que unos desempeñamos el papel de médicos o curanderos, y los otros de pacientes o enfermos. Porque ante la gran potencia médica proveniente del mundo industrial, ambos, somos solo clientes en la suma estadística de la oferta y de la demanda, la ganancia y la determinación de la salud, por la capacidad que podamos tener de ser consumidora de servicios de salud, intermediarios y ofertantes.

A nadie le gusta ser o estar enfermo, pero la enfermedad también es una industria ¡Y cuidado, eh! La maquinaria marcha a todo vapor.

No cuenta lo humano, cuenta el mercado de servicios de salud, intermediarios y ofertantes. Una buena mayoría está en la profesión de la medicina porque es rentable ¡Y bueno! La salud de la gente vista así, solo es una mercancía más.

Lo interesante, es que hasta la medicina “naturista” vuelta industria, se ha convertido en ello, una relación, oferta, demanda. Una industria de lo aparente, se la ha venido tomando como muy fácil, porque lo primero es provocarle miedos a la gente. Y con éxito, se le puede decir “vale tanto que esté bien” pero no vale eso, vale después crear un estado de dependencia.

Lastimosamente, es lo que vemos en el panorama. Y por eso en esta pandemia, ha quedado en evidencia una lucha de que “sálvese el que pueda” y un latrocino pavoroso, al nivel de lo infernal.

¿Pero estamos filosofando? ¿Estamos politiqueando? No. Solo queremos explicar, que, conforme a nuestro enfoque antropológico, del Mi Yerbero.hn, la Naturopatía y la gama de posibilidades culturales desarrolladas por todas las culturas, principalmente como CULTURA DE AUTOCUIDO, la tomaremos como una metodología de buen vivir, en donde no es la planta, no es la enfermedad, no es el paciente. Se trata de la una relación sanadora, en que deberemos construir elementos claves de vida. Ustedes y nosotros vamos a asumir una cultura, no de consumistas desesperados, sino de personas cultas, porque nos cultivamos y cultivamos los valores de la salud.

Mi Yerbero significa, Yo mismo cuido de mi salud gracias al potencial curativo de lo que está vivo: sol, oxígeno, agua, suelo, mar, luz. Conocimiento y cercanía. Cercanía es proximidad, amistad “Ama a tu prójimo, como a ti mismo” es la esencia de la Buena Nueva.

Vamos a cultivar ¿Sí? ¡Sí! Y si no, no somos Mi Yerbero y ¡Vamos a cultivarnos! A hacer una cultura permanente, una actitud y un valor: la vida saludable.

Mi Yerbero es con un Mí, de poseer la clave, de hacerlo nosotros, en conjunto.

Vamos a transformar ¿Sí? ¡Sí! A transformar, a usar, a cuidar y a compartir. La pandemia nos ha demostrado, que, si los otros están bien, lo estaré yo, y viceversa.

Tenemos que hacer Huerto terapia, y al cultivar veremos la esperanza crecer con nuestra faena y dedicación. Y estaremos haciendo salud emocional, al participar de la alegría de la vida. Aunque sea en quicio de la ventana o en el pedacito de techo. Vamos a hacer composta con lo que sobra de la cocina y es de origen vegetal, a producir suelo y a cultivar plantitas y después aplicar el principio de “quien siembra, cosecha”

Tenemos que hacer ejercicios, reflexología. Irnos conociendo a nosotros mismos y aprender a darnos autoayuda: Yoga, taichí, caminatas, digito puntura, masajes, baños y ejercicios físicos y espiritualidad de vida.

Estudiar y practicar. Vamos a aprender a hacer tizanas, tinturas, vinos. Y a entender bien que no tenemos por qué estarnos atiborrando montes, cápsulas o jarabes, así, solo porque sí y porque alguien lo dijo por allí.

Vamos a cuidarnos de los excesos y saber que nuestra Nutrición es responsable de proveer al organismo de los aminoácidos o nutrientes que él por sí solo no es capaz de producir. Conciencia. Hacer conciencia es importante para no caer en el juego de dados en manos de tahúres y negociantes aventajados por la trampa que nos vayan tendiendo.

Vamos a cuidar a la madre naturaleza, el suelo, el agua, el aire, el ambiente. En un ambiente sano, mente, cuerpo y espíritu estarán en armonía.

Una conciencia de saber que nos enfermamos, pero que sabemos cómo reforzaremos nuestro sistema inmunológico con los medios que hemos podido ir conociendo a través del Mi Yerbero.hn y que gracias a una práctica en casa podremos echar mano, o pedir a los amigos que nos lo puedan facilitar de manera módica o por intercambio. Compartir: Dar y recibir.

Contar con los demás es el reflejo de que los demás cuenten conmigo, con nosotros. Hablamos de generar un acercamiento social saludable.

Nadie puede vivir, como tampoco puede morirse por usted, pero sí; tanto usted, como los otros, podemos contribuir a tener una mejor salud y que en lugar de estar muriendo, vayamos viviendo. Y vivamos bien.

Con el Mi Yerbero.hn, esa es la magia, el manual para ser eternos, viviendo un día a la vez, siendo parte de un movimiento liberador ante el sufrimiento, porque juntos nos acompañamos en la salud. Siempre salud, salud cultivable y que se multiplica como una actitud del ser que vayamos construyendo en nosotros mismos.

¿Entendido? Si es así. Ya hemos iniciado. Porque entendiéndonos a nosotros mismos y a los demás, somos mejores y tenemos clara la ruta.

Partamos del hecho que somos los agentes de nuestra propia salud y contribuyentes de la salud de los demás.

Y así, bien paraditos con los pies sobre la tierra y los sentidos bien posicionados frente al horizontes de nuestras vidas, hagamos una humanidad necesaria, hoy que una pandemia nos ha acorralado y que solo nos queda la opción de romper el cerco de cadenas que se han hecho evidentes.

Nuestra primera tarea será decidir ¿Cuál es la opción de salud que puedo construir de manera favorable? ¿Tiene una receta para compartir? ¿Semillas? ¿Una oferta de salud accesible? ¿La receta de un platillo delicioso y saludable? Entonces ya estamos juntos en esta huerta. En esta MILPA de la salud.

Los dejo con esta inquietud. Espero sus comunicaciones.

Paz y bien, con conciencia de vida.                              

Yerbero.hn

2 thoughts on “El poder curativo de las plantas: Una fuente para la eterna juventud

  • Paula Durán
    • Yerbero hn